lunes, 28 de mayo de 2012

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(ésto fue escrito más o menos el 25 de enero de éste año -bonitas fechas-, y apenas ve la luz... ¿por qué? no sé, pero he decidido rescatarlo de su olvido) [pequeño y super extraño momento de extrema locura y/o lucidez intelectual, vale una tonería que se me ocurrió]:

Creo que nadie puede ser lo suficientemente malo, como para que la muerte sea un castigo; pero sí lo sificientemente bueno, como para que sea una recompensa... n_n
 
No sé, si es que ya voy aclarándome, olvidándome un poquito de mi nihilismo y recuperando la ilusión; o que después del extremo estado de receso intelectual que suponen más de un mes y medio de vacaciones, he venido a parar a tales divagaciones. El punto es que he estado pensando en la muerte, pero no como algo malo, ya he hablado aquí acerca de ella, y personalmente no me parece algo mínimamente malo...

Creo que aquéllas fantásticas historias de cielos e infiernos que nos contaban de pequeños, que ahora yo me encargo de seguir contando, y que poéticamente palsmó Dante en un célebre libro que no me llama la más mínima atención leer, pueden ser sólo una extraña forma de intentar explicar a los más chicos, y querer entender los más grandes, aquél gran misterio que esconde el supuesto fin de esta vida.

Para empezar, no creo para nada, que la muerte se trate del final de algo, un pincipio quizás... pero un final definitivamente no!! he dicho ya que para mí la muerte es algo así como un cambio de estado; pero... si ni siquiera sabemos lo que somos, lo que queremos, hacia dónde vamos, creo que mucho menos lo que seremos; y aunque me estoy dando cuenta de que es un disparate más grande, y que resulta más complicado de comprender, qué más da... es mi nueva idea!!

Las cosas son demasiado grandes y complejas, absoultas, eso no se me sale de la cabeza, pero... al hablar de que todo forma un solo conjunto... quizás tan absurdo como separar el cuerpo del alma, sea separar la vida de la muerte, y el pasado del presente y el futuro... ¿a qué voy? todo surgió a partir de un tonto silogismo que puede vivir a diario un pequeño niño de nuestro gurpo de catequesis, acompañado de una muy muy muy graciosa, y algo cruel de mi parte, anécdota que no vale la pena contar...

Creo que lo que pasa es que las cosas no tienen un principio ni un final, no vale la pena delimitarlas... el tiempo y el espacio son absolutos!! y no sólo ellos, sino todo, todos nosotros, todo lo que existe... todos pertenecemos a una sola unidad, a una sola verdad, a un solo amor... y talvez el chiste de todo, de esta vida, de la pseudo-muerte, es el intentar darnos cuenta de ésto, que ocupamos un lugar pequeñito y entre todos formamos algo enorme!! sabernos y sentirnos parte de ello... de una forma u otra.

Qizás el "cielo" sea la contemplación del Señor... la realización de ese "camino, verdad y vida" (Jn 14,6) que tanto buscamos
la vida y muerte simples caminos, estados de pureza en este sentido... que están íntimamente unidos y son herramientas para una realización plena.



pd. el pensar, hablar y escribir sobre la muerte, no quiere decir que la desee, ni que esté triste; de hecho, repito, creo que estoy recuperando muchísima ilusión, y las ganas de sonreír de verdad a la  vida. =)